domingo, 20 de septiembre de 2009

Nothing else matters.

-¿Y cómo os va?

-Pues...nos va bastante bien. No nos vemos muy a menudo, pero el tiempo que estamos sin vernos es el necesario como para que le eche de menos, así que cuando nos vemos se me hace imposible cansarme de él. Todavía no ha habido un solo momento que me haya aburrido, podríamos estar hablando horas que no me quedaría sin nada que contarle, hasta los silencios forman parte de la conversación así que no llegan a convertirse en incómodos...
La verdad es que no podría estar más a gusto con la situación que estoy viviendo, no me creía capaz de llegar hasta este punto y aquí estoy, y lo mejor de todo es que a fecha de hoy no me he arrepentido. Estoy conociendo una parte de mi yo que no sabia ni que existía...

-...¿Estás enamorada de él?

-¿De él? Yo creo que ahora mismo no podría estar más enamorada de mí.

domingo, 6 de septiembre de 2009

GOD.

Soy vulnerable a tu lado más amable,
Soy la culpable de tenerte aún tan presente.
Soy el silencio del que cree que ya no es nadie
Y la esperanza silenciosa de tenerte

Soy la apariencia de quien finje que te ignora
Rodeada de aquellos que notan que ésta miente
Soy un afán por pedirte que no te marches
Y el llanto ahogado de quien sabe que te pierde

Soy voluntad de quien te jura que lo deja
Mientras que piensa dónde conseguir un cigarro
Soy mil perdones por actuar sin haber pensado
Y ese dulce placer interno por lo mal obrado.

Soy tan valiente y a la vez soy tan cobarde
Estoy tan de vuelta que parece que nunca fui.
Y soy los ovarios de quien dice, que el día menos pensado, lameré mis cicatrices, olvidaré el tiempo pasado y me iré lejos de tí.


miércoles, 2 de septiembre de 2009

I'll never go. (2)



Efectivamente el tiempo les separó, y fue ese mismo tiempo quien les volvió a juntar años después en el bar al que siempre solían ir juntos.

Ella estaba de visita en la ciudad.
Él se había tomado el día libre porque últimamente las cosas no iban muy bien.

Pasearon y charlaron un rato, y se dieron cuenta de que hablando no iban a saciar el hambre que el uno tenía del otro. Dejaron las palabras y pasaron a las ganas.
Las ganas de besarse, de sentirse, de morderse, de arañarse. Ningún deseo quedó insatisfecho. No esa noche.
Realizaron un amplio recorrido por los portales de la ciudad hasta que se dieron cuenta de que allí no podían hacerlo, asi que fueron a la casa de él.

Hicieron el amor con tantas ganas y gritaron con tanta fuerza sus nombres que los grabaron en las paredes de la habitación a ritmo de un orgasmo simultáneo.

Por la mañana, cuando se despertó a su lado, la observó mientras dormía y se dio cuenta de algo que le arrancó una sonrisa. Seguía allí. Tal y como ella prometió en su momento, no iba a irse...y no lo hizo.